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lunes, 4 de octubre de 2010

Norma UNE 66181 de Calidad de la Formación Virtual



Hace tiempo que no escribo nada en el blog, y aprovechando que el pasado 28 de septiembre me invitaron a asistir como ponente en una jornada sobre la Norma UNE 66181 de Calidad de la Formación Virtual, he decido trasladar lo más significativo de la jornada, así como los aspectos más importantes de la norma.

La jornada, celebrada en el Salón de Actos de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI), estuvo organizada por la Asociación Gallega de Empresas de Tecnologías de Información y Comunicación (AGESTIC), conjuntamente con la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (ASIMELEC), la Asocación Española de Normalización y Certificación (AENOR), la Confederación Española de Empresas de Formación (CECAP), la Asociación de Proveedores de e-Learning (APeL) y la empresa Start Up.

A lo largo de la jornada tratamos desde diferentes perspectivas la Norma UNE 66181 y sus implicaciones en el e-Learning... y comienzo hablando de e-Learning, teleformación o formación online, porque lo cierto es que nunca me ha gustado el término de formación virtual... pero esto es otra historia.

La Norma UNE 66181 se dirige a la enseñanza no reglada, y tal y como se indica en la propia norma "pretende ser una guía para identificar las características de las acciones formativas virtuales...", y en definitiva tratar de valorar mediante una serie de items la calidad de las acciones formativas en modalidad e-Learning.

Como cualquier norma que se hubiese creado sobre la calidad del e-Learning, nace con muchas posibles mejoras, y su aplicación (ya se están certificando las primeras empresas en ella) se irá poco a poco implantando.

Uno de los rasgos más interesantes de la norma, es que las empresas o centros no se certifican en ella, sino que se harán las acciones formativas. Esto, evidentemente, generó bastante controversia, puesto que hay centros que cuentan con una gran cantidad de acciones formativas en modalidad e-Learning. ¿Deberán certicarse una a una todos los cursos?... según Ramón Palacios, gerente de calidad avanzada de AENOR, no... pero en la práctica, tendremos que ver qué sucede.

La norma se apoya en tres pilares básicos del e-Learning: la acción formativa, los contenidos digitales y la plataforma de teleformación (o LMS)... y aquí comienzan algunas cuestiones importantes que podemos hacernos, tal y como comenté en mi participación.

En primer lugar, la acción formativa. Si el objetivo principal de la acción formativa es la consecución de los objetivos (conceptuales, procedimentales o actitudinales), deberemos por tanto mejorar o establecer nuevas formas de evaluación que comprueben que los participantes alcanzan realmente los objetivos propuestos. En este sentido, sería interesante la progresiva utilización de herrmaientas como los e-Portfolios para que los participantes reflejen evidencias de su aprendizaje.

En cuanto a los contenidos digitales, comentaba también la importancia que están adquiriendo los denominados OER (Open Educational Resources) o en castellano REA (Recursos Educativos Abiertos). Numerosos organismos e instituciones están apostando cada vez más por este tipo de recursos, por lo que los repositorios de recursos disponibles aumenta constantemente. Esto, unido al uso de multitud de recursos educativos disponibles en la web 2.0, se traduce en que los contenidos creados por la entidad no sea lo que se deba valorar ante una certificación de la norma.

Por último, la plataforma de teleformación (o LMS). También existe una tendencia al uso cada vez mayor de servicios web 2.0 que conforman los denominados Entornos Personales de Aprendizaje (o PLE): son servicios y herramientas 2.0 totalmente externas y descentralizados de los LMS, y que aportan en muchas ocasiones grandes ventajas al alumno, como por ejemplo el acceso a comunidades de aprendizaje o expertos en cualquier temática, en cualquier lugar del mundo, o el intercambio de información y conocimientos en contextos mucho más informales y personalizados para el alumno. Estos servicios externos se irán poco a poco integrándose en los LMS, hasta la puesta en marcha de acciones formativas que sigan metodologías características del e-Learning 2.0. Y por supuesto, deberán ser tenidas en cuenta a la hora de valorarse el diseño instruccional de la formación, el proceso de Enseñanza-Aprendizaje desarrollado, así como la evaluación establecida por el equipo docente.

Imagen tomada de http://appelt.net/2009/09/ich-packe-meinen-koffer-und-nehme-mit/


Entrando más a fondo en la Norma UNE 66181 de calidad en e-Learning, ésta sigue unos niveles de calidad del 1 al 5 (en forma de estrellas -representando 1 estrella el nivel mínimo, y 5 estrellas el nivel máximo-, tal y como se detallan en los anexos de la propia norma), y que hacen referencia a:

  1. La información suministrada sobre la acción formativa: nombre, objetivos, tipo de formación, formación mínima necesaria, hardware y software necesarios, etc.
  2. La empleabilidad, o capacidad de integración en el mercado laboral o mejorar la condición existente, gracias a dos factores principales: la demanda del mercado, y el reconocimiento de la formación.
  3. La facilidad de asimilación de los contenidos por parte del alumno, basada a su vez en dos características fundamentales para la norma: la interactividad (favoreciendo la participación activa del alumno), y la tutoría.
  4. La accesibilidad, es decir, en qué medida la acción formativa es comprensible, utilizable y practicable con eficiencia y eficacia por cualquier persona.
Quizás uno de los aspectos más positivos de la norma, es la gran variedad de anexos que se adjuntan en la propia norma para  facilitar su comprensión, anexos en los que se detallan los tres últimos niveles (empleabilidad, facilidad de asimilación de los contenidos y accesibilidad).

En definitiva, iremos comprobando si esta norma responde a la demanda que existía en el sector del e-Learning para que se regulase de alguna forma la calidad de producto ofrecido, que no es otro en este caso que el desarrollo de la acción formativa y la consecución de sus objetivos.